domingo, 17 de febrero de 2013

LA DIGNIDAD NO SE ENCARCELA



Tras ocho días intensos de un juicio ilegal y farsante en Rabat, en la madrugada de hoy, 17 de febrero de 2013, conocíamos las duras sentencias a las que han sido condenados los 24 presos políticos saharauis implicados en el campamento de Gdeim Izik: nueve condenados a cadena perpetua, cuatro a 30 años de presión, seis a 25 años, tres a 20 años y dos a 2 años.
Después de más de dos años de prisión provisional a la espera de juicio, el día 8 de febrero, después de haber sido anulado en ocasiones anteriores, comenzaba el jucio militar a presos civiles con carencia de pruebas que apoyasen los hechos por los que eran juzgados “formación de banda criminal, violencia contra la fuerza pública con resultado de muerte, y mutilación de cadáveres, en grado de autoría o de complicidad”.

La presencia de observadores internacionales en el juicio ha facilitado que podamos conocer el desarrollo del mismo, los testimonios realizados y las pruebas presentadas, tanto por la defensa como por el fiscal.
La defensa se ha apoyado en las pruebas infundadas del fiscal: armas blancas sin huellas dactilares de los deternidos, proyección de un video donde no se identificaba a ninguno de los acusados, ausencia de autopsias a los cadáveres, carencia de pruebas de ADN… Los testimonios de los presos fueron conseguidos tras duras torturas, pero las denuncias por dichas torturas no han sido aceptadas por el juez. El fiscal muestra como pueba “contundente” fotografías antiguas de los acusados con el presidente del Frente Polisario, lo cuál demuestra el verdadero carácter político de la acusación.

Los presos saharauis han escuchado valerosos sus condenas, conscientes de que estas ya estaban emitidas mucho antes de realizarse el juicio. Como respuesta, han levantado el puño y exclamado gritos por la libertad e independencia de su pueblo.
Desde la Asociación Rimal Sáhara-Tormes


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