Amanecía un jueves radiante. Decala se apresuró a llamarnos porque era un día especial. Día de fiesta porque mi familia iba a celebrar el rito del nombramiento de su componente más pequeño. Siluka, esposa de Salem, hermano mayor de Homad, alumbró un día antes de mi llegada un precioso niño en el hospital materno-infantil de Rabuni.
Había que desplazarse hasta el Aium y aunque no me apetecía mucho no quería hacer un feo a Decala que estaba empeñada en mi asistencia.
Mohamed sabía de mi poca gana en viajar al Aium. No en vano el día anterior me explicaba con más pelos que señales en que consistía la fiesta.
“ El nombramiento -como lo llama Mohamed- es de las fiestas familiares mas importantes, pero es cosa de mujeres. Ahora que ha pasado una semana del nacimiento se reúnen todas las mujeres de la familia y las amigas para ponerle el nombre al niño. No se si alguna vez hay hombres. Luego en unos palitos se ponen todos los nombres que eligen para el niño y se tapan. La madre saca uno, luego otro y luego otro, ese tercero es el nombre que llevará el niño y ya sabes que los apellidos son el nombre de su padre y el de su abuelo paterno”. Me mira y se ríe “¿Vas a ir? Estarás con muchas mujeres y todas te mirarán y pasarás vergüenza. Te harán comer cabra y no sabrás donde sentarte. Además Salem no estará”. Me vuelve a mirar y vuelve a reírse.
“Decala, hoy no me encuentro muy bien y estoy pensando que mejor me quedo aquí, no vaya a ser que me ponga peor”.
Estaba totalmente seguro que no la engañaba pero ella muy lista llegó hasta mí, me tocó la frente y me dijo “tienes mucha fiebre, mejor te quedas aquí y Mohamed te cuidará, las damas y el ajedrez seguro que te curarán” Nos empezamos a reír y dándome unas palmaditas en el hombro “esta tarde estaremos pronto de vuelta, cuida de este viejo”
Mohamed refunfuñó dejando escapar una sonrisa burlona. “Nos quedamos todos los hombres de la casa. Un día tranquilo”, decía Homad
Al niño le pusieron Tit y al caer tarde estaban de vuelta. Decala volvió a tocarme la frente “Ya estás bueno. Mis amigas se han enfadado y yo tambien" Salió del cuarto y al momento entraba con unos platos de dulces y con un largo "ezkharit" -grito de alegria que hacen las mujeres saharauis- que fue el inicio de nuestra particular celebración"
Había que desplazarse hasta el Aium y aunque no me apetecía mucho no quería hacer un feo a Decala que estaba empeñada en mi asistencia.
Mohamed sabía de mi poca gana en viajar al Aium. No en vano el día anterior me explicaba con más pelos que señales en que consistía la fiesta.
“ El nombramiento -como lo llama Mohamed- es de las fiestas familiares mas importantes, pero es cosa de mujeres. Ahora que ha pasado una semana del nacimiento se reúnen todas las mujeres de la familia y las amigas para ponerle el nombre al niño. No se si alguna vez hay hombres. Luego en unos palitos se ponen todos los nombres que eligen para el niño y se tapan. La madre saca uno, luego otro y luego otro, ese tercero es el nombre que llevará el niño y ya sabes que los apellidos son el nombre de su padre y el de su abuelo paterno”. Me mira y se ríe “¿Vas a ir? Estarás con muchas mujeres y todas te mirarán y pasarás vergüenza. Te harán comer cabra y no sabrás donde sentarte. Además Salem no estará”. Me vuelve a mirar y vuelve a reírse.
“Decala, hoy no me encuentro muy bien y estoy pensando que mejor me quedo aquí, no vaya a ser que me ponga peor”.
Estaba totalmente seguro que no la engañaba pero ella muy lista llegó hasta mí, me tocó la frente y me dijo “tienes mucha fiebre, mejor te quedas aquí y Mohamed te cuidará, las damas y el ajedrez seguro que te curarán” Nos empezamos a reír y dándome unas palmaditas en el hombro “esta tarde estaremos pronto de vuelta, cuida de este viejo”
Mohamed refunfuñó dejando escapar una sonrisa burlona. “Nos quedamos todos los hombres de la casa. Un día tranquilo”, decía Homad
Al niño le pusieron Tit y al caer tarde estaban de vuelta. Decala volvió a tocarme la frente “Ya estás bueno. Mis amigas se han enfadado y yo tambien" Salió del cuarto y al momento entraba con unos platos de dulces y con un largo "ezkharit" -grito de alegria que hacen las mujeres saharauis- que fue el inicio de nuestra particular celebración"
Al final no me libré de bailar con algunas de sus amigas que se sumaron a la fiesta. Mientras Mohamed reía con los chicos tomando té en el patio.
4 comentarios:
Gracias-Shukran por tus relatos.
Nos ayuda a sentirnos cerca ;-)
Fran, me alegra que mis relatos os hagan revivir las experiencias vividas en la Hamada. En definitiva todos vivimos lo mismo.
Abrazos
¿Que es lo que mas le gusta a la mujer Saharaui?,
esa fue mi pregunta,la ropa interior fue la respuesta de Salec.
Compramos varios conjuntos para nuestras familias y nos dispusimosmos al llegar a los campamentos al reparto, no te puedes imaginar la de risas y miradas, que lo decian todo.
Se rieron de mi todo lo inimaginable ,pero en mi defensa puedo decir ;que fue uno de los momentos mas bonicos que he pasado en los campamentos y con las mujeres, cuyos ojos me parecen los mas bonitos de la raza humana, y si todo esto lo puedes compartir con tu compañera al lado que mas se puede pedir...,eso es ser feliz coño.
Bilbo, nosotros vivimoa un bautizo saharaui aquí. Una monitora dió a luz el año 2001. Este año el niño, quizás el único saharaui que consta como tal en su partida de nacimiento, va a venir de vacaciones en paz.
Fue una fiesta que no olvidaré en toda mi vida.
Un abrazo
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