Tuvieron que pasar un par de viajes para atreverme a preguntar por los palitos(mesuak) que utilizaban para limpiarse los dientes. En ese instante me ofrecieron uno de ellos y me enseñaron a hacerlo explicándome de donde provenía: del Atil, arbusto de donde los Saharauis casi siempre obtienen los mesuak .
Selem sabía donde podíamos encontrar el Atil no muy lejos del Aium y por ese motivo organizó una excursión que nos llevaría a unos diez kilómetros del campamento para tomar té junto a estas plantas.
Nada mas llegar, Selem empezó a hablarme del "albol pequeño" y de sus palitos.
"Los mesuak son secados y mascados para limpiar y fortalecer los dientes. Como ya sabes es una costumbre muy antigua de la población Saharaui. Para utilizar este cepillo de dientes tradicional, hay que limpiar una de las extremidades del palito, introducirla en un poco de agua para ablandarla y luego frotar los dientes con fuerza; al cabo de unos minutos las fibras de la madera se deshacen y se ponen más tiernas, dando lugar a un cepillo parecido a los vuestros. "
Justo cuando terminamos el último vaso de té me sorprendió que empezaran a recoger tan rápido. Les dije que esperáramos un rato para poder hacer fotos a la puesta de sol.
- Bilbo dicen nuestros ancianos que nadie debe acercarse al Atil después del atardecer porque a su alrededor juegan los demonios y los espíritus malignos.
- No se hable más. Vamos vamos
Selem sabía donde podíamos encontrar el Atil no muy lejos del Aium y por ese motivo organizó una excursión que nos llevaría a unos diez kilómetros del campamento para tomar té junto a estas plantas.
Nada mas llegar, Selem empezó a hablarme del "albol pequeño" y de sus palitos.
"Los mesuak son secados y mascados para limpiar y fortalecer los dientes. Como ya sabes es una costumbre muy antigua de la población Saharaui. Para utilizar este cepillo de dientes tradicional, hay que limpiar una de las extremidades del palito, introducirla en un poco de agua para ablandarla y luego frotar los dientes con fuerza; al cabo de unos minutos las fibras de la madera se deshacen y se ponen más tiernas, dando lugar a un cepillo parecido a los vuestros. "
Justo cuando terminamos el último vaso de té me sorprendió que empezaran a recoger tan rápido. Les dije que esperáramos un rato para poder hacer fotos a la puesta de sol.
- Bilbo dicen nuestros ancianos que nadie debe acercarse al Atil después del atardecer porque a su alrededor juegan los demonios y los espíritus malignos.
- No se hable más. Vamos vamos
Desde aquel día y cada vez que salimos al atardecer a tomar té a alguna duna cercana, pregunto a Homad si hay algún Atil cerca, lo que provoca su hermosa risa y me susurra al oido para que nadie le oiga, ""bilbo tiene miedo"".
1 comentario:
Curioso lo del cepillo y curioso lo de los demonios. Gracias por acercarnos algo de la cultura y costumbres saharauis.
Un abrazo
Rex
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