VOLVER A CASA

Teléfono, correos electrónicos, nervios, sobretodo incertidumbre y nervios. Últimamente no hay viaje que no tenga algo de excepcional y sobresaltos. El último nos tuvo tirados en el Altet de Alicante por la huelga de controladores y habrá que tocar madera…
Puede que haga dos meses o incluso más que decidimos ir a los campamentos. Hace un año que Abdallah no ve a su familia, circunstancia que unida a mi adicción por el desierto, despejaron las posibles dudas de ponernos manos a la obra.
Desde ese momento todo ha sido “un penaero” como se dice por aquí, porque en esta ocasión decidimos viajar en vuelo charter.
Se vía venir, el vuelo de Castilla la Mancha se suspende hace unos días por la maldita crisis. Lo intento en otros vuelos que me indican cerrados por estar completos y al final suspendidos porque no estaban tan completos, en otros listas de espera que poco a poco te desesperan…. Pendiente del teléfono y del correo hasta que se produce la noticia “tenéis reservada vuestra plaza”. Hoy casi podemos asegurar que viajaremos a los campamentos el próximo sábado. El equipaje está preparado y toda la emotividad que sobra al saharawillo es la que en solo dos jornadas deberá embargarme porque al día de la fecha aún no siento el revoloteo de las mariposas en el estómago.
La familia ya está esperando, Abdallah cuenta las horas para poder abrazar a padres, hermanos y amigos, volverá a disfrutar con los suyos, conocerá a nuevos miembros de la familia y yo volveré a saborear el te de mis venerables, encontrarme con Fatma si su salud lo permite y abrazar a mi hijo soldado. Un final que bien merece todos lo sinsabores vividos estos últimos días ¡¡VOLVER A CASA!! ¡¡Que Dios así lo quiera!!