Hoy leía en un diario deportivo que el Real Madrid siguiendo con no se qué programa social de la Institución, creaba unas escuelas deportivas en el norte de Marruecos que serían sufragadas por el club. Entiendo que la labor es encomiable y que cerca de mil niños se beneficiarán de ello, no lo discuto, es más, lo aplaudo, porque los niños no tienen culpa de lo que hacemos los adultos.
Pero al mismo tiempo he sentido una indignación mayúscula, me explico:
Hace tan solo unos meses me puse en contacto con el club más poderoso del planeta, el Real Madrid, solicitándole material para los campamentos de refugiados saharauis. Aportaba a la solicitud un proyecto pormenorizado de las escuelas y de la falta de material deportivo. De la cantidad de niños, de la falta de actividades y de lo querido que es el club entre los niños saharauis “Madrazas blancas” sería el proyecto que ilusionó en un principio a varios monitores deportivos implicados en el asunto, ¿Cómo no iba a colaborar todo un Real Madrid en algo tan bonito?. Sólo con el material de deshecho de su deporte base sería suficiente para que cada escuela contara con unos pocos balones.
El tiempo pasaba y no se tenía respuesta. Madrid no está lejos (150 kms.) y pensamos que la mejor solución sería presentarnos en Valdebebas, su ciudad deportiva.
¡Nada!, muy amables, eso sí, pero ¡nada! No quiero reproducir sus explicaciones porque es para descojonarse de risa.
Hoy afortunadamente y mira que coincidencia, con el vuelo de los maestros de la Escuela de Magisterio de Ciudad Real hemos podido enviar material deportivo conseguido a través de otras instituciones, balones de fútbol y voleibol, para que en esta ocasión, cada escuela del Aium tenga un poco más de material básico deportivo.
Ahora podrán entender mi indignación y no se cómo reaccionaré cuando en algún futuro viaje a los campamentos vea a los cientos de niños que visten con orgullo la camiseta de su club del alma, el Real Madrid. Probablemente haga cientos de fotos y las lleve al departamento que tan amable me atendió en Valdebebas y que al menos se les caiga la cara de vergüenza.
Pero al mismo tiempo he sentido una indignación mayúscula, me explico:
Hace tan solo unos meses me puse en contacto con el club más poderoso del planeta, el Real Madrid, solicitándole material para los campamentos de refugiados saharauis. Aportaba a la solicitud un proyecto pormenorizado de las escuelas y de la falta de material deportivo. De la cantidad de niños, de la falta de actividades y de lo querido que es el club entre los niños saharauis “Madrazas blancas” sería el proyecto que ilusionó en un principio a varios monitores deportivos implicados en el asunto, ¿Cómo no iba a colaborar todo un Real Madrid en algo tan bonito?. Sólo con el material de deshecho de su deporte base sería suficiente para que cada escuela contara con unos pocos balones.
El tiempo pasaba y no se tenía respuesta. Madrid no está lejos (150 kms.) y pensamos que la mejor solución sería presentarnos en Valdebebas, su ciudad deportiva.
¡Nada!, muy amables, eso sí, pero ¡nada! No quiero reproducir sus explicaciones porque es para descojonarse de risa.
Hoy afortunadamente y mira que coincidencia, con el vuelo de los maestros de la Escuela de Magisterio de Ciudad Real hemos podido enviar material deportivo conseguido a través de otras instituciones, balones de fútbol y voleibol, para que en esta ocasión, cada escuela del Aium tenga un poco más de material básico deportivo.
Ahora podrán entender mi indignación y no se cómo reaccionaré cuando en algún futuro viaje a los campamentos vea a los cientos de niños que visten con orgullo la camiseta de su club del alma, el Real Madrid. Probablemente haga cientos de fotos y las lleve al departamento que tan amable me atendió en Valdebebas y que al menos se les caiga la cara de vergüenza.
3 comentarios:
No caerá esa breva.
Y en el caso de que fuera el Barça seguramente pasaría tres cuartos de o mismo.
Un abrazo.
Oye, qué solidarios los del Real Madrid!!!.A - LU -CI - NAN -TE.
Besos.
Como madridista y tu lo sabes bilbo siento desprecio y nauseas de lo que nos cuentas nunca lo imaginaria me parece que desde hoy vere este club con otros ojos.
agustin martin.
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