TREMENDA PUÑALADA

Trece de los saharauis que llegaron a Canarias en patera a pedir asilo político serán devueltos a Marruecos. Se demuestra que son saharauis pero el Gobierno y la Audiencia Nacional no ven indicios en trece de los casos “que revelen que las autoridades marroquíes persigan de manera sistemática y generalizada a los saharauis por causa de su origen étnico”. Así pues el gobierno español mandará al encarcelamiento, a la tortura y probablemente a la muerte a trece saharauis descendientes de españoles al devolverlos a Rabat y a las garras del Señor de los sumisos.

Es un problema encadenado. Que el Gobierno Español no se haya cuadrado ante Marruecos y que la prensa internacional no pueda informar libremente de la persecución, detención, encarcelamiento, violación y tortura de que son objeto los jóvenes saharauis en los territorios ocupados, hace que hoy se le ponga a “güevo” a los poderes ejecutivo y judicial españoles la expulsión de los saharauis por “el desconocimiento de la situación que se vive en el Sahara Occidental. No, señores, no. No hay peor ciego que el que no quiere ver. No pueden alegar desconocimiento porque saben todo cuanto acontece a los españoles de la provincia 53 y a sus descendientes. Las cámaras del Congreso y del Senado no podrán desdecirse de su apoyo al pueblo Saharaui. A buen seguro que tendrá consecuencias esta expulsión (¿tan pronto se olvidaron de Aminetu y del campamento de Gdeim Izik). Como no quiero ser testigo de la suerte de estos trece saharauis condeno y denuncio la actitud del gobierno español, un gobierno que para nada quiero que me represente. ¡¡Tremenda puñalada!! diría mi venerable Mohamed Fadel.