Hace ya un tiempo comentaba que "la democracia" es la menos mala de las formas de gobierno conocidas, pero sin embargo tal como se aplica en nuestro país, podría decirse que tiene sus imperfecciones. El sistema político en el que vivimos es eminentemente representativo, los ciudadanos delegamos el poder de decidir a los políticos que libremente elegimos cada 4 años, y prácticamente no volvemos a participar en la gestión ni toma de decisiones durante ese periodo.
Acabamos de volver de las urnas y el pueblo se ha manifestado. La soberanía del votante ha colocado a cada uno en su sitio bajo su proceder y a todas luces que ha sido significativo.
He votado, ¡si señor! He hecho bajo mis convicciones lo que he creído mejor para mí, para mi familia y para la causa que defiendo, sin ninguna frivolidad y a pesar de la que está cayendo. No se si seremos muchos o pocos, o si tal vez estaré solo en este carro, sea como fuere quiero que nuestros políticos escuchen las voces que claman una solución digna y rápida para el Pueblo Saharaui y que sepan que día a día tienen que rendirnos cuentas de su gestión y de sus promesas. Y aquí estaremos para recordárselas.
Tendré que resignarme a ser de nuevo un mero espectador de sus actuaciones, y ya que no tengo posibilidad de intervenir en el funcionamiento de las instituciones de forma directa, esperaré ansioso otros cuatro años para administrar lo poco que tengo, mi voto. ¡¡No veáis si me quedado a gusto!!
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