Han pasado unos días y he tenido que ponerme al día. El trabajo me ha impedido estar en la civilización.
Hoy no quiero hablar de políticos, no me apetece. Tampoco de diplomacia, ¿para qué? Habrá tiempo. Hoy recuerdo enormemente a Said Azman Hadmed, un niño que quería cazar gacelas en las montañas del Sahara.
Hadmed Mohamed, el abuelo del niño nos contaba una noche si y otra también, relatos de cuando el era niño y solía acompañar a su abuelo y amigos a cazar gacelas. De las esperas y camuflajes que llegaban a hacer para poder darles caza. A Said le brillaban los ojos escuchando al abuelo, le miraba fijamente sin pestañear y cuando finalizada le decía “otra abuelo, otra.”
Said ha crecido, es una adolescente que no ha querido salir a estudiar a Libia. Quiere ser polisario, militar, estar preparado para lo que venga. Solemos coincidir a menudo en los campamentos, su abuelo Hadmed Mohamed, ya no está, salió a cazar las gacelas del cielo. En esas noches bajo las estrellas, Said me lo recuerda cada vez que me dice “bilbo, me acompañarás a cazar gacelas en las llanuras del sahara occidental, Hadmed será nuestro guía”.
No tengas la menor duda. Said, sigue soñando con gacelas que corretean por el Sahara Occidental, esperando que algún día podamos llegar a darles caza.
Hoy no quiero hablar de políticos, no me apetece. Tampoco de diplomacia, ¿para qué? Habrá tiempo. Hoy recuerdo enormemente a Said Azman Hadmed, un niño que quería cazar gacelas en las montañas del Sahara.
Hadmed Mohamed, el abuelo del niño nos contaba una noche si y otra también, relatos de cuando el era niño y solía acompañar a su abuelo y amigos a cazar gacelas. De las esperas y camuflajes que llegaban a hacer para poder darles caza. A Said le brillaban los ojos escuchando al abuelo, le miraba fijamente sin pestañear y cuando finalizada le decía “otra abuelo, otra.”
Said ha crecido, es una adolescente que no ha querido salir a estudiar a Libia. Quiere ser polisario, militar, estar preparado para lo que venga. Solemos coincidir a menudo en los campamentos, su abuelo Hadmed Mohamed, ya no está, salió a cazar las gacelas del cielo. En esas noches bajo las estrellas, Said me lo recuerda cada vez que me dice “bilbo, me acompañarás a cazar gacelas en las llanuras del sahara occidental, Hadmed será nuestro guía”.
No tengas la menor duda. Said, sigue soñando con gacelas que corretean por el Sahara Occidental, esperando que algún día podamos llegar a darles caza.
2 comentarios:
Hola Bilbo, ya te echaba de menos.
Has vuelto a emocionarme
Un abrazo
Rex
que pasa tio. todo el carnaval sin verte por ningun lado. ya nos gustaria a muchos salir de caza o a tantas cosas que añoran estas gentes y que algun día esperemos que puedan empezar hacer otra vez.
saludos.....
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