Mohamed VI no pierde el tiempo y empieza a poner en juego
sus estrategias con el nuevo presidente francés.
Como es habitual en los tejemanejes de este dictador no le
duelen prendas en criticar ahora a su antiguo mejor socio Sarkozy y lamer el
culo de Hollande con comunicados oficiales del reino y de todo su séquito destacando
sus altas cualidades humanas y grandes competencias políticas.
La elección de Hollande debería arrojar luz sobre el
contencioso saharaui, cosa poco probable dado que Francia es el primer inversor, exportador e importador
en Marruecos y le ha prestado en todo momento su apoyo en su estrategia sobre el Sahara Occidental, y no creo sea ahora cuando el nuevo gobierno
socialista rompa relaciones con M6 por una cuestión como la autodeterminación del
Sahara Occidental que para nada les interesa.
En todo caso quiero
ser prudente no llegue a ser que mis
hijos saharauis tengan que alegrarse algún día de la llegada de un socialista a la presidencia francesa
(que lo dudo mucho).
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