Desafiando el duro calor de mayo, 17 jóvenes se pusieron en marcha dispuestos a hacer la revolución. Llevaban 7 fusiles de la primera guerra mundial, una pistola que se encasquillaba, tres guerbas de agua, 30 kilos de arroz y harina, dos camellos y mucha hambre de gloria....
Cuarenta años después y tras muchos mártires, el pueblo saharaui sigue luchando contra el invasor con las mismas ganas, con el mismo hambre de gloria y hasta la victoria final.
¡Viva la lucha del pueblo saharaui!
¡¡¡NUNCA ESTARÁN SOLOS!!!
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