miércoles, 5 de noviembre de 2008

BUBISHER


Hay momentos de mis viajes imposibles de olvidar aunque pasen los años. Son como abejas laboriosas empeñadas en fabricarme un sabroso panal de recuerdos, exquisito y hasta apropiado para endulzar las amargas circunstancias de la cotidianeidad.
En un lugar de mi mente en el que entro a menudo tengo grabadas miles de imágenes, al que siempre acudo cuando, agobiado por la nostalgia y la prisa, me antojo de volver a vivirlas para compartirlas con vosotros. De todas ellas atesoro sensibles memorias; anécdotas y escenas que conforman un patrimonio de añoranzas personales y que muchas veces me pregunto si en verdad interesan a alguien.
Quedan pocos días para viajar a los campamentos y siempre que vuelvo le pongo las riendas a mi viejo caballo de palo. Y me lanzo a cabalgar. Unas veces corro entre haimas , imitando al hidalgo. Otras forcejeo con el viento y me adentro en el desierto, jugando a ser nómada saharaui que sortea las dunas en dirección a su frig
Cuánto placer el de viajar a la Hamada! ¡Qué gratitud la de volver a estar con la familia y poder redescubrir lugares y amigos, por natural que parezca! Una vez mas hecho a volar para ser el bubisher que les lleva un poco de ternura y mucho de esperanza.

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