Partiste y nadie te esperaba ....

..... y construiste tu hueco en mitad de la nada, con mucho esfuerzo, arrancando la ira de tu alma para que no te vieran llorar. Finalmente lo construiste. Sólo Dios sabe cuanto has sufrido. Ahora te pones a ver fotos viejas de aquellas épocas en las que caminabas feliz por las calles del Aium, y respiras, respiras profundamente porque presagias el ocaso y presientes como se te agolpan las espadas afiladas que van destruyendo tu hueco. Pero no te compadezcas, porque nadie te ayudó a construirlo más fuerte para que resistiera esos golpes. No puedes dejar de llorar y de secarte las lágrimas con el pico de tu melfa. Y vuelves a recordar tu tierra,……. y tantas cosas, mientras me engañas en un perfecto castellano “…los ojos , la arena…”
Hoy estoy preparando mi partida a L` Hammada y te recuerdo Fatma y recuerdo a todas las que como tú estáis viviendo este cruento capitulo de vuestras vidas. Pero a mí me esperas tú, transformada en sonrisa a la puerta de tu haima y junto a ti, toda la familia . Ya te veo madrugadora esperando que llegue a saludarte. Y te entregaré el regalo que me pides (una baraja española -ni más ni menos-) Y prepárate, porque le daremos sentido a tu hueco para que sigas teniendo ánimo y levantarte cada mañana.