martes, 16 de diciembre de 2008

CON LAS MANOS EN LOS BOLSILLOS


Tindouf 02,45 horas, recogida de equipaje. Había pasado el mal trago del viaje, protocolos de visado y deseando recoger la mochila para salir pitando hacia los campamentos en el viejo autobús que nos esperaba fuera.
¡Que mala suerte! Después de mirar por todos lados, la mochila, esa que habíamos cargado con tanto esmero y cariño, con tantas ilusiones y con tanto esfuerzo, no estaba, no llegó a su destino. Nadie sabía nada. La correspondiente reclamación quedó hecha y tuve que marchar a los campamentos con el corazón maltrecho y las manos en los bolsillos. En poco tiempo se me desvanecían las sonrisas de familiares y amigos que aguardaban impacientes la medicina o la pelota. ¡Qué mala suerte! Llegar con las manos vacías.
Todos me arroparon en el disgusto. "No pasa nada, lo más mejor que estás tú, lo demás no importa." Pero a mí si me importaba, había tanta ilusión y tanto esfuerzo dentro de la mochila…..


….Paseaba con los niños antes de la comida del jueves cuando un coche se detenía junto a la casa, bilbo, bilbo corre, corre, la mochila. Todos corríamos, noté que me explotaba el pecho de alegría, las oraciones de Mohamed, Brahím. Decala, Naha y Dlemia en la fiesta grande habían tenido respuesta. Ya os podéis imaginar…..
Abdala, ponía la nota positiva de todo ello, “El próximo viaje que pase lo mismo y así dos grandes alegrías, cuando tu llegas y cuando llega la mochila

2 comentarios:

Rosa dijo...

¿Tú con las manos vacías? me exrtraña que te ca..s!.
Con mochila y sin mochila, Bilbo nunca tiene las manos vacías, y mucho menos el corazón.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

En alguna ocasión tu has dicho que lo material es solo relativo. Digo como Rosa ¿tú con las manos vacías?
Ya te las ingeniarías para colmar a nuestros amigos de atenciones y cariño, que son los mejores regalos.

Rex