jueves, 22 de enero de 2009

HABLAR DEL FUTURO


No me gusta hablar de futuro cuando el pueblo Saharaui vive un presente tan incierto, pero si me gusta tener la perspectiva de que mis rosas se volverán a llenar de retos, ilusiones, risas, amores, sueños, comprensión, lealtad, cercanía, certezas, confianza, fantasía , rezos, amistad y todo lo que nosotros, sus familias en la distancia queramos ver en un pueblo que cada vez se ve menos protegido por la onu, pero más observado por un mundo que empieza a decir basta. Un mundo que empieza a tener esperanza. Un mundo que está creando vínculos afectivos tan grandes que es una misma sangre la que alimenta sus corazones. Un mundo que sin creer en militares ni políticos es capaz de gritar al cielo cuando ve morir un niño sea del credo que sea. Un mundo que ve con buenos ojos que un negro se convierta en el rey del planeta, esperando de él una justicia que hasta la fecha ha sido injusta y que como justa en su justa medida no justifique ni un solo muerto más, ni que un solo pueblo tenga que dormir pensando en su libertad con el revolver bajo la almohada para la siguiente ruleta rusa.
No me gusta hablar de futuro cuando no tengo despejado el horizonte de L´Hamada, pero hoy veo colores donde antes había una simple escala de grises. Ya sé que muchos pensaréis que es de ilusos, no me importa. Hay días en la vida que tenemos derecho a pensar que hay mas esperanza, que las cosas se pueden hacer mejor y que un político puede abrir un camino nuevo en el que otros muchos reconozcan a la sra. de la balanza y que se haga justicia de una vez por todas con nuestro hermanos saharauis. Hoy quiero verlo así, mañana Dios dirá.
No me gusta hablar del futuro porque la esperanza suele confundirse con la fantasía. Pero sería fantástico tener esperanza y que el futuro, ese que no me gusta, pueda confundirme hasta el punto de hablar con las estrellas de Mohamed o con las llaves de los baúles de Fatma. Y entablar con ellas una conversación como las que entablo con Homad o Abdala hasta quedarme dormido y tener un sueño lleno de caricias de Maahdala
No me gusta hablar del futuro, pero el futuro se está forjando en cada una de las rosas que lejos del Aium florecen en el desierto más cruel del planeta y en ellas deposito mi ilusión y me sumo a su esperanza.

2 comentarios:

Rosa dijo...

Ese día llegará... porque son muchas las esperanzas e ilusiones puestas en ese día.,somos muchos los que esperamos que se haga JUSTICIA, de una puñetera vez!.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

"Hay días en la vida que tenemos derecho a pensar que hay mas esperanza, que las cosas se pueden hacer mejor y que un político puede abrir un camino nuevo". Esperemos que Obama sea la punta del iceberg y no se quede todo en una pantomima.
saludos.

Rex