viernes, 17 de octubre de 2008

QUE DIFICIL ME RESULTA...









Que difícil me resulta transmitir las vivencias de un viaje cuando la preocupación supera todos los límites, y a pesar de la precariedad, tu familia te dice que está bien, que no pasa nada, cuando nada tiene. Ahora que siento cierta tristeza es cuando me apetece escribir sobre mis viajes
Sé que no es lo mismo, que lo mejor es vivirlo, y que en lugar de dejaros unas fotos sería mejor estar a la otra parte del visor de la cámara, pero mientras cierro los ojos para regresar a cada lugar e intentar describirlos, siento como ese implacable viento del siroco vuelve a azotar mi cara; escucho ese golpeo incansable sobre el viejo tebal, el soplido del viejo fuelle que hace arder el carbón en la frenna, el jolgorio de los niños en el patio; me sigue embriagando el olor a azúcar tostada cuando la tetera se derrama, la indescriptible sensación del tidikt cuando Decala o Naja lo dejan caer con disimulo sobre el carbón; saboreo los repletos platos de cuscus, los excelentes pinchitos de camello, los pasteles que con mimo me prepara Jaiduma, la carne que sobre una piedra me asa Selem; noto sobre mi pecho toda la sabiduría de Mohamed cuando me abraza y cuando me habla de las estrellas; sigo perdido una y otra vez entre haimas y haimas escuchando las risas de Homad y Abdala ; sigo compartiendo te, risas y buena compañía; sigo embriagado por la magia de las puestas de sol; sigo en los campamentos del fin del mundo rodeado de arena y promesas de retorno; sigo en ese acogedor cuarto donde me regalaron el primer darrah; sigo abrumado de tanta hospitalidad y que cuanto más pasan los días más me asombra; sigo enfadado con la camella de Boubín; sigo subido en aquel viejo coche camino de Auserd a las doce de la noche y perdidos en mitad de la Hamada; noto como me hierve la sangre cuando pienso en mi hijo soldado, cuando no tengo respuesta para alguna pregunta de mis venerables amigos; sigo odiando los finales y las despedidas, la falta de compromiso ... Pero abro los ojos y sigo pensando en lo difícil que es describir algunas cosas, tal vez porque esas sensaciones, puede, aunque no estoy seguro, las quiera para mi solo .

2 comentarios:

Estibaliz Ramos dijo...

Ánimo! No podemos ponernos tristes, hoy por fin he recibido noticias de mis niños en el Sáhara, están en Dajla, llueve también allí pero están bien. Eso me motiva y me da ánimos en mi día a día, no es lo mismo pero algo es algo. Tengo ganas que llegue diciembre porque iré y les veré, veré que están bien, que son felices (dentro de su situación) y que volverán el próximo verano (a Bilbao)

bilbo dijo...

Estíbaliz es lógica una cierta tristeza como producto de la impotencia. Tambien espero impaciente el mes de diciembre.
Un abrazo.